Ángel Madero. Compositor musical audiovisual
/en Entrevistas GA /por Admin GAÁngel Madero, nos cuenta historias a través de sus composiciones musicales.
Sevillano de nacimiento y licenciado en comunicación audiovisual lleva trabajando en la industria audiovisual cerca de 10 años, abarcando una gran variedad de proyectos dentro del mundo de la música y el sonido.
Durante estos años ha trabajado en diferentes documentales, series y programas de televisión, spot publicitarios y eventos para museos y empresas.
Como licenciado en comunicación audiovisual,
¿Qué te hace lanzarte al mundo de la música para ser compositor?
Desde que tengo uso de razón siempre he sentido una atracción muy fuerte por la música. En mi familia mis padres no son músicos, ni se dedican a nada relacionado con ello, pero en mi casa la música siempre nos ha acompañado. Esta situación probablemente condujo a que con 13 años, les pidiese a mis padres mi primera mesa de Dj, con la que aprendí a jugar con los ritmos y canciones.
Más tarde con unos 15 años descubrí un software de programación musical y desde entonces no he dejado de crear mis propias canciones.
Siempre tuve claro que mi vocación era el audiovisual, donde podría compaginar mis dos pasiones, la imagen y el sonido. Durante esta etapa aprendí sobre la edición de vídeo, el diseño gráfico, la postproducción de sonido, etc.
Herramientas técnicas y creativas que me sirvieron para poder entender en profundidad la elaboración del discurso audiovisual y pude descubrir la importancia de la música en las piezas visuales. De esta forma conseguí unir mis pasiones en una sola profesión, como es el compositor musical para audiovisuales.
¿Cómo comenzó tu vida profesional ?
Al salir de la universidad comencé a trabajar en una productora sevillana en el departamento de postproducción, aquí entendí perfectamente el sistema de trabajo que existe desde la preproducción de un proyecto hasta la finalización del mismo y en qué momento interviene cada profesional.
Esta etapa además me sirvió para aumentar mis conocimientos sobre qué es lo que funciona en función del tipo de cliente, el target al que va dirigido, el sitio donde se expondrá, etc.
¿Qué se hace primero? ¿El montaje o la composición musical?
Cada proyecto es un mundo y no se puede generalizar, en el audiovisual el proceso de creación de un vídeo corporativo en poco se parece al de un largometraje, pero podemos establecer que en general, el proceso de composición musical entra dentro de las últimas etapas del proceso.
Normalmente cuando el proyecto llega al departamento de postproducción, los primeros en trabajar sobre él son los editores de vídeo, que usan música de referencia aportada por el director/realizador.
En esta etapa el compositor musical estará al tanto de la intenciones de la pieza e irá casi de forma simultánea a la edición, componiendo en base a la música de referencia propuesta.
El flujo de comunicación en esta etapa es continuo entre coordinador de postproducción, editor, director/realizador y compositor.
Una vez acabada la musicalización de la pieza, entrará en etapa de mezcla y masterización junto a la banda internacional (subtítulos) y la postproducción de audio que se haya realizado, unificando todos los procesos para obtener el resultado final.
¿Cuál es tu meta final en este sector?
Mi meta en este sector es poder trabajar en muchos proyectos de diferente índole dentro del sector, que me ayuden a seguir creciendo y aprendiendo. Durante estos años he trabajado mucho dentro del mundo de la publicidad, los eventos y los documentales y quizás me gustaría probar un poco más la ficción audiovisual.
¿Con qué director nacional o internacional te gustaría trabajar en su próximo proyecto?
Es una respuesta complicada, porque no me guío tanto por el nombre del director en sí como por el proyecto que esté sobre la mesa. Aún así destaco en el ámbito español, el trabajo de Alberto Rodríguez y en el extranjero el de Christopher Nolan.
¿Qué les dirías si estuvieran leyendo este artículo en este momento?
Les diría que en España hay mucho talento joven, con ganas de aportar y con capacidad de afrontar grandes proyectos.
Te defines como un contador de historias a través de las notas. ¿Te ha llegado algún proyecto difícil de abordar, llegando hasta el punto de abandonarlo?
La verdad es que no considero que haya proyectos difíciles como tal, más allá de la complejidad técnica que pueda suponer el desarrollarlo en base al presupuesto para llevarlo a cabo.
Creo que lo importante para un compositor musical para imagen, es saber qué es lo que se quiere contar y entender lo que el director o realizador quiere transmitir con esa pieza. Esta parte de escuchar y entender el vídeo como discurso narrativo es la parte más importante, más incluso que la propiamente musical.
Por fortuna los años en la universidad y la etapa como editor de vídeo me ayudaron a comprender la narrativa visual bastante bien y suelo acertar con las intenciones rápidamente.
¿Nos puedes describir la importancia de una buena banda sonora en una pieza audiovisual?
La banda sonora en una pieza audiovisual es el 50% de la pieza, con una elección musical podemos cambiar completamente el discurso de una pieza y la intención. La música es capaz de adelantarte sentimientos, invocarte sensaciones y reforzar las ideas que aparecen en imagen.
En mi opinión se tiene muy poco en cuenta la etapa musical a la hora de presupuestar o planificar tiempos, para la importancia que realmente tiene en el discurso audiovisual.
¿Qué recomiendas a quien se quiera dedicar a este mundo, y en concreto a tu departamento?
Recomiendo que lo haga principalmente por pasión no persiguiendo su carácter económico, que trabaje duro día a día y que tenga mucha paciencia, porque es una carrera de fondo.
¿Qué diferencia ves entre las músicas españolas y de otros países?
Principalmente observo una gran diferencia presupuestaria. Lamentablemente nuestros largometrajes o series de primer nivel son de Serie C/D en países como Inglaterra, Estados Unidos, Emiratos, etc..
Tenemos muchas limitaciones con los presupuestos tan ajustados que manejamos y eso acaba reflejándose de una forma u otra en la calidad del producto.